de forma · · · · · · · · · · · · ·

exposición individual / solo show 
19 FEB - 19 29 APR 2016 | Espacio  Alexandra, Santander ES




Sobre la emergencia de las formas y sus misterios.

La estrella lloró rosa al fondo de tu oído. Arthur Rimbaud

El lienzo es un escenario donde sucede la pintura como materia y energía. El espacio pictórico es un campo de acción, un escenario en el que se produce el encuentro entre los pigmentos, las masas de color, las texturas, el brillo o su ausencia, los contrastes, las superposiciones, la luz, la oscuridad, el gesto en las pinceladas… dando lugar a un baile de nuevos seres fetales que amanecen a la vida y se consuman en cada espectador, que ha de dedicarles el tiempo suficiente para entender su lenguaje, para recibir sus secretos enunciados.
Es una auténtica epifanía coral. En los cuadros hay tensiones (algunas incómodas), hay felices alianzas, enfrentamientos, asesinos escondidos, criminales confesos, desaparecidos, víctimas y cómplices, hay idilios, sacrificios y promesas… algunos personajes juegan incluso a parecerse a cosas de la realidad más estandarizada, la que es más fácil definir y da un nombre a cada cosa. Pero aquí asistimos a un universo presimbólico en el que el comienzo es el punto más interesante, cuando todo es aún posible. Nada se puede nombrar fácilmente, nada es claro, todo se está gestando y vive en el proceso. Es la promesa de lo indeterminado.
La pintora, lejos de ser directora omnisciente de la trama, es más bien el instrumento a través del cual se efectúan los encuentros. Su paleta es inconsciente. Llamada por las querencias de lo que va surgiendo del pincel, plasma las asociaciones que van trazando la composición. Ella tiene la pericia, el oficio y la sensibilidad de saber escuchar a los que llaman y abrir la puerta. Perdida en un lugar sin tiempo, tiene que ser directa, espontánea-incluso automática-,y dejar que los actores nazcan enteros y verdaderos. Las escenas surgen de una tacada, no hay posibilidad de retoques, ya que un arrepentimiento puede ser drástico y suponer un nuevo comienzo. ¡No se puede cambiar un ápice del escenario del crimen! Como ejecutora es también origen y aporta ese magma creativo, matriz de vida, que está colmado de aprendizajes, de recuerdos y restos de recuerdos, de sentimientos, de sueños, de “asociaciones débiles” y sinestesias de las que se nutren las criaturas nacientes que pueblan cada espacio pictórico.
Vicky Kylander reivindica con su arte una radicalidad en el modo de mirar la pintura, todo lo que ocurre en el cuadro es solo a través de la pintura. Cada cuadro dirime la compleja y misteriosa cuestión de la forma.

Lidia Gil Calvo